12 nov 2012

¿Hasta dónde debe llegar la fe de un creyente?

 
En nuestro tiempo es necesaria una renovada educación en la fe, que comprenda ciertamente un conocimiento de sus verdades y de los acontecimientos de la salvación, pero que sobre todo nazca de un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo, de amarle, de confiar en Él, de forma que toda la vida esté involucrada en ello. Tener fe significa también obedecer (¡qué fea suena esta palabra a muchos oídos!). 
Ahora, una pregunta: ¿Hasta donde ha de llegar la fe de un creyente? ¿Debemos aceptar cualquier cosa si viene de Dios?
Cualquier día normal, si me encuentro esta pregunta pienso: “¡Qué bien! La conversación va a ser estupenda, y muy productiva.” Pero hoy no era un día normal, así que mi respueta fue de lo más clara: “Muy buena pregunta. Si viene de Dios, no es cualquier cosa.”
De verdad, la pregunta me parece  una maravilla, al margen de lo acertada o no que sea mi respuesta. Porque creo que está latente en el corazón de muchos creyentes a la hora de acercarse a la voluntad de Dios. La pregunta iluminará sin duda a muchos cristianos, que también se preguntan lo mismo, y deberían tener la valentía de hacerse eco de estas cuestiones interiores, y buscar luz. Sinceramente, creo que opté por la respuesta mejor dadas las circunstancias, y más allá de la espontaneidad y el juego de la misma. La voluntad de Dios no es un añadido espiritual a la vida de fe, accidental para unos o nuclear sólo para unos pocos, sino algo que es considerado como fundamental siempre. Claro está que la pregunta, en cualquier caso, no responde siempre al mismo contexto: unos buscan la voluntad de Dios por temor a fallar, otros impresionados por su Misterio y como signo de autoridad en sus vidas, otros por una posible vida moralizada desde pequeños, otros por la comodidad de encontrar una respuesta simple y facilona a su propia vida, otros por amor, otros como muestra del Señorío de Dios en su vida. Entonces, ¿hasta dónde puede llegar la fe de un creyente? Y mi respuesta es ahora: “Hasta la comunión con Dios, hasta la unidad con Dios, hasta la cercanía máxima con Dios.” Por lo tanto, ¿debemos aceptar cualquier cosa si viene de Dios? Y mi respuesta la dejaría nuevamente clara: “Si viene de Dios, ¡acéptala! Pero no te confundas, porque atribuir a Dios lo que no es de Dios se llama idolatría, y Dios nunca quiere “cualquier cosa” para los suyos, sino que su designio se ha revelado como misterio de salvación y de amor. Estos serán entonces los signos que hay que discernir en relación a esta cuestión. Si obran para la salvación, si están regidos por el amor. Si no son ni para la salvación, ni para el amor, claramente no son de Dios. Porque Dios no entretiene a sus hijos, sino que entrega al Hijo. Y esto, que quizá nos pueda parecer “cualquier cosa” de tanto repetirlo y verlo, el día que se hace verdad en nuestra existencia y nos enfrentamos a un amor tan grande, deja de ser “lo de siempre” para sustentar un acontecimiento único de comunicación y revelación de Dios mismo en nuestra propia vida.”
Para buscar la voluntad de Dios, aprovechando la pregunta que me han hecho en Twitter, diría lo siguiente:
  •     Lo primero, buscar la libertad como obediencia a uno mismo, no como liberación de todo sino en la línea de la fortaleza de la voluntad. Algo que se debe conjugar con la rectitud de corazón y la bondad del mismo. Seremos enviados como “corderos en medio de lobos”; palabra que no se refiere tanto, quizá, a la maldad del mundo como a la necesidad de que el enviado sea un “cordero”, que no cambie su forma interna, ni se transforme en aquello que no es.
  •     Lo segundo, educarse en el discernimiento. Y como toda educación, necesita un Maestro. Lo cual nos pone, directamente, en manos de Dios y de la oración, ese tiempo de silencio en el que ciertamente lanzo una pregunta al Señor y espero respuesta de su parte. Palabra que, por otro lado, no suele hacerse esperar, sino que más bien viene pronto y de forma eficaz para quienes la acogen. Siempre podemos estar sordos, o perder la mirada, o distraernos. Pero Dios en su lenguaje y diálogo con el hombre es persistente. Le habla a su modo y manera, por medio de signos, mediaciones y palabras, y en ocasiones, no pocas, directamente al corazón.
  •     Dentro de la educación para el discernimiento, como todo en esta vida, la soledad viene a ser motivo de confusión y de manipulación, gracias a las cuales puedo hacer y decir lo que quiera de otras personas, pensar e imaginar por mi cuenta y riesgo. Así que, sinceramente y con mucha humildad, reconozco que lo mejor en mi vida ha sido tener y disponer de personas con quienes hablar a corazón abierto en esta línea, preferentemente para poner orden donde había desorden y confusión, y atreverme a “llamar por su nombre” algunas cuestiones que por pudor, vergüenza, miedo o responsabilidad no es tan fácil ni siquiera “decirse” en libertad asumiendo las consecuencias. Porque este “decirse y aceptar” es clave en todo discernimiento. Una vez que reconocemos como venido de Dios algo, sin duda alguna al mismo tiempo se crea la capacidad y la necesidad de responder.
  •     Por último, el diálogo se hace acuciante en los tiempos de oscuridad, debilidad y noche, sean o no fruto del pecado o de los procesos de conversión personales. Dicho de otro modo, hay tiempos fuertes en la propia vida donde requerimos y demandamos en nuestras propias búsquedas que otros enciendan sus linternas porque nos hemos quedado sin pilas o vamos fundidos por la vida, o compartan con nosotros, de nuevo, la llama que un día se encendió que ahora se muestra vacilante. Una ocasión más que propicia para encontrar gente estupenda y maravillosa en quien confiar como venidos de la mano de Dios. Y de quienes depende esencialmente mucho. ¡Qué responsabilidad!
  •     Y como PD, amar a Dios antes de preguntarle qué quiere de nosotros. Buscar el motivo por el que hemos de preguntarle, dicho de otra manera, qué podemos hacer por Él.
Volviendo, para terminar, a la pregunta de este twittero simpático, diría, para mayor confunsión de unos y aclaración de otros que la fe de un creyente debe ser asentada y cultivada, evangélicamente prudente y dueña de sí misma; una fe sin libertad ni razón no es humana, como tampoco es “claramente” de Dios. Otra cosa es que la fe sea una locura para el mundo o para tantos, y que responda a una lógica más fuerte que la de la seguridad, similar a la lógica del amor apasionado y del amor agradecido y entregado. Y, a la segunda pregunta, decir que claramente no debemos aceptar cualquier cosa de Dios, ni a la primera, ni a la segunda. Mantengo que Dios no pide nunca cualquier cosa, aunque algunas veces no comprendamos bien sus designios, porque no está en juego nuestra propia vida, sino también la de otros. Mantengo que Dios más que mandar a los hombres “cosas”, se da a sí mismo. O así al menos lo aprendo en la Eucaristía, como fuente y culmen de todo lo de Dios.
 En base a un artículo de P. José Fernando Juan (mambre.wordpress.com) y otras fuentes.

8 ago 2012

La Cruz Diocesana de los Adolescentes y Jóvenes

La Cruz Diocesana de los Adolescentes y Jóvenes estuvo reccoriendo todos los centros, capillas y colegios que atiende nuestra Parroquia "San Benito de Palermo".

A continuación, algunas fotografías de los lugares que la cruz misionera estuvo visitando...


La Cruz Diocesana recibida por los niños, jóvenes y adultos de la comunidad de Piedras Coloradas.
Piedras Coloradas es el límite jurídico de nuestra Parroquia San Benito.


La Cruz Diocesana en la Capilla San Antonio de Padua, con los niños de la catequesis acompañados por sus catequistas.


Esta vez la Cruz Diocesana estuvo con las Hermanas del Buen Pastor y sus niñas.


Aquí la Cruz estuvo en la Parroquia San Ramón y San Juan Bosco.

Grupo de Adolescentes "Ave Fénix" de la Parroquia San Ramón y San Juan Bosco.
Cruz Diocesana con los niños de Capilla Santa Elena.

Luego de la Eucaristía de finalización del recorrido de la Cruz Diocesana, los presentes se tomaron una foto junto a la Cruz.

Equipo de catequistas y animadores del Colegio Ntra. Sra. del Rosario.

El coro oficial que anima las Eucaristías de las 08hs todos los domingos.


La CRUZ DIOCESANA de los ADOLESCENTES y JÓVENES que sigue su camino recorriendo comunidades para alentarlas en el trabajo con los adolescentes y jóvenes para que desafiados por el Evangelio sigan responsable y libremente el compromiso de seguir a Jesús para ser mejores cristianos en el mundo.
Silencioso pasas cargando tu cruz
Tu cruz que no es tuya sino mía
Descalzo sobre el polvo de tu querida tierra
Que hoy te condena por amar a cualquiera
Pasas entre la gente sin reprocharles nada
Y miras silencioso que el camino se alarga

Con los hombros hinchados por llevar el madero
Un madero cargado de pecados del pueblo
Aquel sacrificio en que culmina tu vida
De 33 cortos años, largamente sufrida
33 años de vida hondo predicador
de tan noble evangelio y tan noble misión

Para estos palos naciste
Pa´ salvar hombres como yo
Débiles peregrinos que no entonan canción

Tú te mueres tantas veces
En mi calle y mi nación
Y loco de amor mueres de forma atroz

Tú no tenías cruz buscaste las mías
Y por mucho que caigas sin embargo caminas
Seguiré tus pasos amigo Jesús
Al final mi locura, locura de cruz

Gracias, Señor, gracias
Por cargar con tu cruz
Tu cruz que no es tuya
Sino mía.






1 jul 2012

LA CRUZ DE LOS JÓVENES Y ADOLESCENTES


Acentuación 2012 Prioridad Pastoral Juvenil y de Adolescentes. 
LA CRUZ DE LOS JÓVENES Y ADOLESCENTES 

 1. Un poco de historia Más allá del simbolismo propio de la Cruz que no nos detenemos a explicar, buscamos un signo que nos de unidad en la diócesis en este año que la prioridad serán los jóvenes y adolescentes. 

¿Cómo hacer para que Artigas y Río Negro se sientan que están trabajando por lo mismo? Más cuándo la realidad de los jóvenes y adolescentes es tan variada en nuestra diócesis; no es lo mismo en una parroquia que se está comenzando casi de cero que en otra que tiene varios grupos y muchos agentes comprometidos. 

 Un joven de Paysandú nos dio la idea de una Cruz que al estilo de la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud recorriera las parroquias de la diócesis. La interpretación del signo, es importante, pero lo que más se busca es la unidad de la diócesis en este gesto. 
 Por eso la idea es que quién recibe la cruz es la comunidad entera, no solamente los jóvenes y adolescentes, reiteramos en la Comunidad dónde están integrados esos jóvenes y esos adolescentes concretos, Las comunidades que tienen jóvenes y adolescentes trabajarán junto con ellos. Para las comunidades que no los tengan, este puede ser un buen momento para juntarse a reflexionar y salir en su búsqueda. 

2. Los materiales (Este material llega con la edición especial de mayo del "ALGO NUEVO")
Para ayudar a aprovechar mejor la estadía de la cruz en las Parroquias les hacemos llegar este material que cuenta con: 

 * Una celebración de recepción de la Cruz y otra de despedida y entrega, preparadas por el diac. Martín Miranda. 
* Dos lectio con los temas Vocación Bautismal y Vocación al matrimonio, preparadas por Pastoral Vocacional. 
* Dos vía crucis, preparados por el diac. Cristhian Sessarego 
* Dos celebraciones penitenciales, que también preparó diac. Crhistian Sessarego 
*Una reunión en torno a la cruz, que preparó diac. Ruben Giménez 
* Dos vía lucis, bajados de internet y adaptados por Mauro Cardozo.

 Va con la cruz, un cuaderno, tipo cuaderno de actas en donde se invita a los que reciban y reflexionen junto a la cruz a escribir su experiencia de Encuentro con Cristo Vivo, ya que es para ese encuentro que queremos convocar a los jóvenes y adolescentes. 

 Se va a entregar a cada parroquia un rectángulo de compensado de madera de 12x 22 cm para que plasmen de una manera plástica la visita de la cruz en su comunidad. Este rectángulo será añadido al brazo horizontal de la cruz, en el último secretariado: Ya fueron sorteados los lugares que corresponden a cada lugar. 

Tanto la cruz como el cuaderno van a enriquecer en simbolismo y en contenido este peregrinar de la Cruz y el encuentro de las Comunidades y los Jóvenes y Adolescentes. Para los últimos que la reciban, va a ser muy rico poder leer el cuaderno que pasó por tantos lugares y ver la cruz como ha ido cambiando, los demás podrán verlo en diferentes momentos. 






Encontrate con Cristo, tu vida cambiará



Queridos jóvenes, animadores y comunidad:
Como Iglesia celebramos la 34ª Jornada Nacional de la Juventud a realizarse en la ciudad de Maldonado los días 1 y 2 de septiembre 2012.

Durante el encuentro seremos motivados por el lema: “Encontrate con Cristo, tu vida cambiará”
Esta es la invitación que recibimos y deseamos responder con disponibilidad y sencillez. Buscamos que nuestra respuesta incluya a otros, hacer experiencia de lo que significa estar con Jesús, convertirnos y vivir en clave de misión.
Aquí se presentan algunos de los materiales para comenzar la reflexión propuesta para la 34 Jornada Nacional de la Juventud...
Sitio Oficial de la 34 Jornada Nacional de la Juventud 2012




16 may 2012

26 abr 2012

VI FORO DE PASTORAL ADOLESCENTE


Familia
Presencia que educa y acompaña

En el contexto del año de la Familia, la Pastoral Adolescente quiere sumarse a la reflexión en torno a esta realidad tan importante para la vida de toda la sociedad y, particularmente, de nuestros adolescentes. Reflexionaremos sobre la relación del adolescente con su familia. Pero también queremos ayudar a tomar consciencia que una familia no se improvisa, y por tanto, educar un adolescente es educar las futuras familias. Educar un adolescente quiere decir darle hoy herramientas que incorporadas le ayudarán en el futuro a encarar su propio proyecto familiar.

La adolescencia es, de por sí, un momento de crisis en el relacionamiento con la familia. Cuando, por diversos motivos, las familias no pueden contener a los adolescentes estos quedan en una situación de particular vulnerabilidad. Dada la variedad y complejidad de los problemas que afectan a la familia es difícil encontrar respuestas que se apliquen directamente a las diversas situaciones y contextos. En estos casos, lo mejor es ayudar a redescubrir lo esencial, para que cada uno pueda descubrir la manera de plasmarlo en su realidad concreta.

Para el lema nos inspiró un pasaje del mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz de éste año. Dice el Papa: “Vivimos en un mundo en el que la familia, y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces, destrozadas. Unas condiciones de trabajo a menudo poco conciliables con las responsabilidades familiares, la preocupación por el futuro, los ritmos de vida frenéticos, la emigración en busca de un sustento adecuado, cuando no de la simple supervivencia, acaban por hacer difícil la posibilidad de asegurar a los hijos uno de los bienes más preciosos: la presencia de los padres; una presencia que les permita cada vez más compartir el camino con ellos, para poder transmitirles esa experiencia y cúmulo de certezas que se adquieren con los años, y que sólo se pueden comunicar pasando juntos el tiempo.”







25 abr 2012

Estar alegres es una forma de dar gracias

Con nuestra alegría hacemos bien a nuestro alrededor

En estos días seguimos disfrutando de la alegría pascual, que culminará su ciclo en la fiesta de Pentecostés, aunque se renueva cada Domingo en la Eucaristía. Sabemos que la alegría verdadera no depende del bienestar material, de no padecer necesidad, de la ausencia de dificultades, de la salud. La alegría profunda tiene su origen en Cristo, en el amor que Dios nos tiene y en nuestra correspondencia a ese amor.

«Yo les daré una alegría que nadie les podrá quitar», dijo Jesús, según recoge el evangelista San Juan. Efectivamente, nadie, ni el dolor, ni la calumnia, ni el desamparo, ni las propias flaquezas, si volvemos con prontitud al Señor, nos podrán apartar de la alegría verdadera. La única condición que nos pone el Señor es que no nos separemos nosotros de Él, que no dejemos que las cosas no separen de Dios. Que nos sepamos hijos de Dios, en todo momento.
Estar alegres es una forma de dar gracias a Dios por los innumerables dones que nos hace. Con nuestra alegría hacemos mucho bien a nuestro alrededor, pues esa alegría lleva a los demás a Dios. Dar con alegría será, con frecuencia, la mejor muestra de caridad para quienes están a nuestro lado.
HOGARES ALEGRES
Muchas personas podrán encontrar a Dios en nuestro optimismo, en la sonrisa habitual, en una actitud cordial. Dios quiere que el hogar en el que vivimos sea un hogar alegre. Nunca un lugar oscuro y triste, lleno de tensiones por la incomprensión y el egoísmo. Una casa cristiana debe ser alegre, porque la vida sobrenatural lleva a vivir esas virtudes -generosidad, cordialidad, espíritu de servicio-, a las que tan íntimamente está unida la alegría. Un hogar cristiano da a conocer a Cristo, de modo atrayente, entre las familias y en la sociedad.
ALEGRÍA, EN EL TRABAJO Y EN LA CALLE
También debemos procurar llevar esta alegría serena y amable a nuestro lugar de trabajo, a la calle, a las relaciones sociales. El mundo está triste e inquieto y tiene necesidad, ante todo, de la paz y de la alegría que el Señor nos ha dejado. ¡Cuántos han encontrado el camino que lleva a Dios en la conducta cordial y sonriente de un buen cristiano!
José Manuel Ardións (España).

San Marcos, Evangelista

 Parece que su familia era la dueña de la casa donde Jesús celebró la Ultima Cena, donde estaban los apóstoles reunidos el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Era un niño cuando Jesús predicaba y, probablemente fue uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés. Era primo de San Bernabé y acompañó a este y a San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de San Pablo: "había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad" (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria. En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de San Pablo. San Marcos llegó a ser el secretario y hombre de confianza de San Pedro. Como le escuchaba siempre sus sermones que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien. Y dicen que a pedido de los cristianos de Roma escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar al apóstol. Esto es lo que se llama "Evangelio según San Marcos". El evangelio de San Marcos es como una repetición de lo que el Apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los 4 evangelios. El de San Lucas tiene 1,140 frases. El de Mateo 1,068. El de San Juan 879 y el de San Marcos solamente tiene 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes. Se propone no dejar de narrar lo que contribuya a hacer más llamativa la narración. Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que San Pedro presenció y que se le ha quedado grabado en su memoria. Se fija más en los hechos de Jesús que en sus discursos. Sus narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico narrando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús. Dicen los especialistas que el evangelio de San Marcos mientras más se le estudia, más se convence uno de que el que lo escribió era un verdadero artista de la narración y que con este escrito contribuyó a que muchos millones de lectores se entusiasmen por la persona de nuestro amable Salvador. Un sabio afirmó que "el evangelio de San Marcos es el libro más importante que se ha escrito", pues parece que fue el primer evangelio que se escribió y que de él sacaron mucho material los otros tres evangelistas. San Marcos tiene 105 paisajes y de ellos aparecen 93 en Mateo y 85 en Lucas. De las 746 frases de Marcos, San Mateo reproduce 606 y copia el 51% de las palabras que emplea Marcos. San Lucas reproduce en su evangelio 320 de las 746 frases de San Marcos. Solamente hay 24 frases de San Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas. Por eso es que el Evangelio de San Marcos es un libro verdaderamente importante. San Pedro llama a Marcos en sus cartas: "Hijo mío". Y San Pablo cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma le dice: "Tráigame a Marcos, porque necesito de su colaboración". Dicen los antiguos historiadores que fue un compañero muy apreciado por los dos apóstoles. Dicen que San Marcos fue nombrado obispo de Alejandría en Egipto, y que allá en esa ciudad fue martirizado por los enemigos de la religión un 25 de abril. La ciudad de Venecia (Italia) lo eligió como patrono y construyó en su honor la bellísima Catedral de San Marcos.





22 feb 2012

Miércoles de Ceniza

Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. 
Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.
La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

Tradición
En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.
Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.


Significado simbólico de la Ceniza
La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.
Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.





10 feb 2012

Don Bosco se subió al escenario mayor del Carnaval del Uruguay


Parodistas “Aristophanes” está integrado por exalumnos salesianos y en la noche de ayer, 1º de febrero, debutaron en el concurso oficial de carnaval presentando un espectáculo que incluye una parodia de Don Bosco.

Ante un público cercano a las 3.000 personas en el Teatro de Verano de la ciudad de Montevideo “Ramón Collazo”, con la fuerza de una hinchada que desde el comienzo alentó y vibró con la parodia, se pudo ver a Don Bosco en los rasgos más esenciales de su persona: luchar contra todo lo que se opone al bien de los jóvenes, y profunda confianza en Dios que le acompaña y encomienda una misión en bien de la juventud más perjudicada por la realidad social.
                
Continuas referencias a la actual situación social explicitaron las dificultades que hoy día vuelven adverso el trabajo en proyectos educativos/pastorales con jóvenes empobrecidos.
               
“¿Por qué la parodia Don Bosco?...para nosotros significa mucho que se conozca la historia de un hombre que nos cautivó, nos educó, nos modificó y nos dio la fuerza necesaria para saber que se pueden cumplir sueños por difíciles que parezcan”, declara el Grupo en la presentación impresa de la parodia.

“…anoche lloré, reí, recé, me emocioné, miré al cielo (que misteriosamente se despejó) y agradecí, y me sequé las lágrimas varias veces…una apuesta fresca, deshinibida, VERDADERA, emocionante, desafiante para una sociedad que mejora económicamente pero va siendo acompañada por un acelerado deterioro de su escala de valores…lo que anoche vi fue un canto de esperanza, una mano tendida al presente desde el pasado, un grupo de gurises y no tan gurises, iluminado por el Espíritu Santo, escuchando las palabritas al oído de Don Bosco y entregados en brazos de la Auxiliadora”, escribió hoy  Álvaro Bernasconi –exalumno salesiano- en su cuenta de Facebook.
                
Bajo la dirección responsable de Federico Pereyra y la puesta en escena de Martín Perrone, “Aristophanes” y la parodia de Don Bosco recorrerán los escenarios del Carnaval del Uruguay durante todo el mes de febrero.









5 feb 2012

“Jóvenes soñadores, hijos de un padre soñador”


Mensaje de Pascual Chávez a los jóvenes del MJS 2012


Mis amadísimos hijos,
jóvenes queridísimos del Movimiento Juvenil Salesiano, os escribo, como padre y amigo, por medio de mi noveno sucesor.


Tengo todavía impreso, en la mente y en el corazón, el encuentro que tuve con vosotros en Madrid el pasado 17 de agosto en el patio del colegio salesiano de Atocha. Una experiencia ciertamente inolvidable desde el punto de vista emotivo pero, sobre todo, significativa desde el punto de vista salesiano. Disfruté viendo vuestro sentido de la responsabilidad, vuestro orgullo de ser jóvenes comprometidos viviendo intensamente la propia vida. Admiré el deseo que tenéis de invertir bien vuestra vida según el proyecto de Dios y el sueño que guardáis en el corazón. Me conmovió el veros rezar acogiendo con alegría la Palabra. Fue un gozo el veros sumergidos en el silencio adorador de Jesús Eucaristía. A la luz de todo esto, vuestra alegría me pareció aún más bonita, más pura, más contagiosa. Me alegró, además, ver en medio de vosotros a tantos jóvenes animadores, a muchos salesianos e Hijas de María Auxiliadora. Entre ellos, varios Inspectores, delegados y delegadas de pastoral juvenil. ¡Ese es su sitio! Presentes y atentos a vuestra vida, a vuestros anhelos y, al mismo tiempo, acompañantes fieles de vuestro crecimiento y de vuestro camino espiritual.

Ahora me siento feliz al saber que me estáis preparando una gran fiesta para el 2015. Aquí arriba, en el cielo, mirando el rostro de Jesús conocemos toda la historia que se desarrolla en la tierra. Es una historia muy bonita porque ya ha sido redimida, aunque a veces percibáis solo los rasgos más dramáticos de ella. Aunque cueste creerlo, no hay distancia entre nosotros y vosotros porque, lo sabéis bien, desde el momento en que Jesús entró en la historia con su nacimiento, no hay nacimiento humano que no sea sagrado; no hay ningún rostro de niño que no tenga impreso en sus ojos la Luz esplendorosa del Redentor. Esta cercanía hace aún más auténtica y eficaz mi presencia entre vosotros, real como en los tiempos del Oratorio de Valdocco en Turín. Con una mayor ventaja, la de poder hacerme presente en todas las presencias salesianas esparcidas en ciento treinta países del mundo.

Os hablo, pues, como entonces. Más con el cálido lenguaje del corazón que con abstractos argumentos lógicos; si bien reconozco lo importante que son, en la presente confusión y en la evanescencia del pensamiento actual, la claridad de las ideas y el fundamento de las convicciones. Los mensajes que recibís son muchos, pero yo desearía que pudierais reactivar los canales de una intensa comunicación conmigo, como la que se produce entre viejos amigos inseparables; una comunicación para compartir y dialogar. 

Quisiera encontrar las palabras adecuadas para recorrer el sendero misterioso y complejo que llega hasta vuestro corazón, tantas veces herido por la indiferencia de los adultos o por el fracaso de amores traicionados. Mirando a los jóvenes de hoy en el colegio, alumnos a veces aburridos y desmotivados; o en las calles, como nómadas despreocupados sin ninguna meta, tengo la impresión de un malestar general, de un monotonía renqueante en la cotidianidad de sus vidas. Me viene a la mente, por analogía, el mismo paisaje che presencié en sueños cuando tenía nueve años: una gran multitud de jóvenes necesitados de ayuda, de comprensión, de oportunidades, de amor.
Fui escogido para vosotros, para todos los jóvenes. Fui enviado por el Señor a vosotros aunque no comprendí enseguida, en toda su importancia, la singularidad de aquella llamada. “He ahí tu campo, he ahí donde debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto: y lo que ves que sucede con estos animales, tu deberás hacerlo con mis hijos”.
Tengo la sensación, dentro de vuestra realidad moderna, que a menudo a los jóvenes les falta el aire para respirar. Creo que puedo decir que corren el riesgo de morir de asfixia espiritual. La difundida corrupción, el desinterés hacia vosotros, la precariedad del futuro que se hace cada vez más incierto por una economía enloquecida, una religión reducida a un frío esquema institucional y una consiguiente oración vacía de pasión y de entusiasmo, una sociedad en la que se viven relaciones frecuentemente asépticas y en la que intercambian palabras empobrecidas de sentido y de calor, apagan el impulso vital y secan cualquier manantial de buenos propósitos.
En este contexto marcado por la pobreza de valores y por una cultura de bajo perfil, os pido a vosotros – jóvenes - un salto de cualidad, una nueva energía, un gesto profético para anunciar a vuestros compañeros, a tantos amigos “silenciosos”, a vuestra familias a veces “apagadas” o en dificultad, un proyecto de vida valiente, generado desde convicciones humanas y religiosas profundas.
No podéis salir del pantano en el que estáis bloqueados, no podéis gustar el aire de libertad fuera de las prisiones de esta historia gris, si no se os devuelven el tiempo y la fuerza para soñar. La capacidad de ver más allá hizo de nuestros padres profetas capaces de incidir en la vida de sus contemporáneos.

“Mi sueño… vuestro sueño… el sueño de Dios”

Aquel sueño de los nueve años fue el acontecimiento que marcó mi vida y que con el paso del tiempo me dio la inspiración para orientarme en la elección del campo en el que trabajar, la capacidad de inventar un creativo sistema pedagógico para conquistar vuestro corazón, la temeraria paciencia de batirme para cambiar el mundo, vuestro mundo.
Con la ayuda del Señor os invito también a vosotros, que sois la “esperanza hecha carne”, a encontrar – entre tantas sugerencias ilusorias como recibís – el sueño que os haga personas creativas; el sueño que despierte la voluntad adormecida, que mueva las energías secretas, que os dé la fuerza para afrontar y superar las inevitables dificultades del crecimiento, que os dé la indómita firmeza para sostener la espera del cumplimiento sin pretender enseguida lo que se sueña.
Soñar con el corazón vuelto a Dios y con los pies en la tierra no es evasión. Significa más bien abrir la propia vida a algo nuevo, que todavía no se conoce del todo, pero que se experimenta ya como significativo. Quiere decir proyectarse hacia algo que todavía no se posee, pero en lo que uno puede reconocerse; quiere decir descubrir con inteligencia la presencia de “un Dios que nos acompaña” en el fluir de los días. Ningún proyecto que llene la existencia de sentido, del más modesto al más prestigioso, puede hacerse realidad sin ser antes alimentado por un sueño. Para hacer opciones valientes en una sociedad líquida, sin alma y pobre de valores, es indispensable encontrar la fuerza que nos permita mirar más allá para desenraizar al hombre de su mediocridad y hacerlo caminar hacia los cielos nuevos y la tierra nueva. 
Cuando cumplí 58 años escribí, por mandato del Papa Pio IX, la historia de los primeros cuarenta años de mi vida y le di el título de “Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales”. No lo hice, ciertamente, por deseo de inmortalidad o por anhelo de grandeza. Somos eternos porque estamos en el corazón de Dios, amados y salvados por su Hijo Jesús. Es un gesto que cumplí por amor, un testamento espiritual para que os sea de ayuda en el presente y en el futuro. Os invito a leer estas “vivencias”, no tanto por curiosidad histórica sobre mi pasado, sino porque entre las líneas firmadas con sangre y sudor descubriréis que el fin de todo es realizar plenamente la vida. Comprenderéis que los que tienen responsabilidades educativas deben entender necesariamente la propia vida como un servicio de amor; deben leer su tiempo como una oportunidad de acogida; deben adquirir el saber no para humillar o manipular, sino para “plasmar” el corazón, para orientarlo a Cristo. Educar nos revela como enamorados de Dios y del hombre porque es un ejercicio práctico de caridad. 
Como salesianos, educamos con un magisterio de escucha y de respeto más que con la disciplina o el sermón; con un sufrido silencio que revela amor y espera más que con la dura regañina; con la autoridad que brota de nuestra vida coherente e irreprensible, más que con el poder que deriva de un rol o de la ley. Educamos, sobre todo, con el amor. Si nuestro amor gratuito - reflejo de la misericordia de Jesús - se eclipsa, los jóvenes se mueren de frio porque soportan mejor la noche de los afectos que la sombra de la razón.  
Quisiera, mientras os abrazo a todos con afecto, revelaros el secreto más grande de mi corazón. Siempre he creído que mi misión debía tener una particularidad: salvar a los jóvenes a través de los jóvenes. Siempre he querido que mi amor por vosotros fuese una misión compartida y que vosotros mismos llegarais a ser apóstoles de los jóvenes. Uno puede querer forzosamente una cosa o un ideal, pero si no encuentra la modalidad justa, vacila en su capacidad de perseverar porque lo que no convence no puede llegar a ser la meta estable de una vida. Como en los tiempos de Isaac, hemos de excavar nuevos pozos, dar vida a una nueva cultura, a nuevos modos de vivir juntos. Cuento con vosotros, apuesto mi vida una vez más sobre vuestra capacidad de levantaros, de encontrar confianza en la vida, intuiciones para programar un futuro de solidaridad y de paz.
Al formar mi grupo de salesianos confié todo a los jóvenes y fue una estrategia vencedora. Solo vosotros tenéis la potencialidad para transformar vuestros conocimientos en sabiduría y de introducir esta sabiduría en la vida. No os repleguéis sobre vosotros mismos, caminantes cansados y resignados, sino más bien interpretad vuestra condición humana como una “aventura divina” comprometiéndoos e integrándoos con todos los hijos de Dios esparcidos en el mundo en esta espléndida historia de salvación. 
Sed profetas nuevos, hombres capaces de indicar el camino a recorrer en medio de la desorientación de tantos; lo nuevo que Dios hace germinar en el corazón y en la historia en medio de lo incierto y lo variable. El sentido de la vida, como profecía y como misión, se convierte en un tesoro inmenso para la sociedad. 
Ya no hay espacio para la mediocridad porque la tibieza y una espiritualidad gris nos están forzando a alimentarnos de los descartes culturales de nuestro tiempo. ¡No gastéis vuestra juventud, queridos jóvenes, viviéndola superficialmente sin brújula y sin energía! ¡Soñad a lo grande!  ¡Haced cosas grandes en vuestra vida!
La vida es testimonio en la medida en que se hace visible la grandeza de la que está constituida, en la medida en la que vence los miedos que la intimidan, en la medida en que hace resonar con fuerza palabras veraces y sensatas. Sed testigos dispuestos a arriesgar, no porque os fiáis de vuestras fuerzas, sino porque sabéis hacer de la debilidad el instrumento para que aparezca el actuar eficaz de Dios. Bajad a la acera de lo cotidiano y recorred las calles de la vida diaria en las que tantos de vuestros amigos gastan la propia existencia en la búsqueda, a veces vana, de la felicidad. Gritadles vuestras ganas de cambio. 
Sed centinelas, dispuestos a lanzar signos de amor que susciten esperanza y audacia para vivir; sed libres y lúcidos intérpretes de las exigencias del Evangelio; sed ciudadanos que gastan un poco de su vida por el bien común con espíritu solidario y atento a las realidades territoriales.
El abandono de las instituciones puede generar escepticismo; la falta de “padres” que iluminen como faros en la noche tempestuosa puede dejaros sin estrella polar que indique la ruta, a la deriva tras el naufragio dramático de los más puros sentimientos sofocados por la carrera del éxito, por la búsqueda de uno mismo, por el placer superficial. Todos estos desafíos ponen en juego, continuamente, el sentido de la vida. Se trata de encontrar el sueño que os restituya los valores que ayudan a seguir adelante y dan la fuerza para superar la dificultad. No queráis caminar solos; hacedlo más bien estando “juntos”, reforzando el sentimiento de responsabilidad hacia vosotros mismos y hacia los demás, desarrollando la actitud de la solidaridad que rompa el aislamiento y os fortalezca en la búsqueda del sentido de la vida más que del éxito.
Promoved una cultura de la solidaridad, cultivad actitudes de servicio desinteresado, haced crecer en el corazón la conciencia de lo necesario que es contraponerse a las miles de formas de persistente egoísmo de las que la sociedad está contagiada. El voluntariado es “una escuela de vida, un factor peculiar de humanización”, de apertura a los valores.
Queridos jóvenes, sabed que os llevo en el corazón. Os pienso siempre en el Señor y en la gran familia que es la Iglesia. Por eso quiero cerrar mi mensaje con algunos pensamientos que el Papa Benedicto XVI ha expresado en su mensaje navideño. Me parece que sus palabras trazan una ruta para todos nosotros, un itinerario, un proyecto de vida.
Hablando a la curia vaticana, el Santo Padre se ha referido a la Jornada Mundial de la Juventud 2011 de Madrid como “una nueva forma, rejuvenecida, de ser cristianos”. Y precisamente de la JMJ ha querido subrayar cinco aspectos principales que caracterizaron el inolvidable acontecimiento. Pueden ser cinco caminos para anunciar y testimoniar a Cristo hoy en un mundo que parece cansado y aburrido de la propuesta cristiana.
El primer aspecto: La participación de jóvenes procedentes de todas las partes del mundo, con diversidad de razas, pueblos, lenguas y culturas evidenció “una nueva experiencia de catolicidad, de la universalidad de la Iglesia” que nos hace descubrir que todos somos hermanos y hermanas unidos en una sola familia, tocados por el mismo Señor Jesús y compartiendo una liturgia común. Esto no es una idea sino una experiencia real.
Segundo: el compromiso generoso y alegre de miles de voluntarios ha puesto de relieve este nuevo modo de ser hombres, de ser cristianos. “Ser para los demás es algo hermoso”. La vida y el tiempo encuentran su significado pleno cuando son donados libremente, cuando no se conservan para sí.
Tercero: el intenso silencio ante la presencia del Santísimo Sacramento, en actitud de adoración, es expresión de la fe en esta fuente de espiritualidad que da la energía para la entrega de la propia vida. El Señor Resucitado está presente en todas partes, pero de modo especial en la Eucaristía.
Cuarto: el acercarse al Sacramento de la Penitencia mostró que, aún habiendo sido creados por Dios y por tanto destinados a alcanzar la plenitud de vida que viene del Amor, experimentamos en nosotros la fuerza del mal que nos lleva al egoísmo en las más variadas formas. Esta condición nos hace conscientes de que estamos necesitados del perdón; perdón que es también signo de responsabilidad.
Finalmente: la alegría que proviene de la fe, de la certeza de ser queridos, acogidos, amados por Dios, por Alguien que nos dice “es bueno que tú existas”, por Alguien que nos ha pensado y tiene un proyecto para nosotros.
En síntesis, la  “nueva evangelización” es una llamada a “ser” juntos, a ser para los demás, a adorar a Dios, a obtener su perdón, a confiarnos a su amor. He aquí el camino que conduce a la alegría.
¡Un saludo lleno de afecto, mis queridos amigos! Mientras pensáis en Mi, sabed que también yo pienso en vosotros. Os llevo en el corazón, el lugar en el que habitan las personas más queridas. Me acuerdo de vosotros y os sostengo con mi oración junto a Jesús, para que seáis imagen suya haciendo de vuestra vida un don. Solo así encontraréis la felicidad, la alegría de un sueño que, abriéndoos las puertas al Misterio de Dios, os permita navegar hacia las aguas limpias y profundas, hacia la potencialidad que El ha sembrado, desde siempre, en nuestros corazones.

Con el amor de un padre.

Roma, 31 de enero de 2012

Il vostro don Bosco